¡Oh, mi gran amada poesía
a ti me encomiendo
pues solo de pensarlo, tiemblo
has sido tu mi mejor compañía!
Tú y yo solos, poesía
andamos pensando en ella
será la dama más bella
pero la más mustia y fría.
Entonces Corazón suplica a Cabeza
¡No la dejes! ¡No la dejes!
mi Corazón deja de decir memeces
mientras se hunde en la bajeza
¡Oh poesía, bien lo sabes
de mi no puedes dudar
pues yo solo quiero amar
a ti, sin cerrojos, ni llaves!
da gusto encontrar todavía un poco de poesía en este mundo… no pares!