Con su traje de luces dorado,
aparece por la gran puerta
de la plaza roja que alberga
toros y toreros encapotados.
El murmullo del público desaparece
el toril polvoriento se abre
y un negro toro orgulloso aparece…
Sus músculos al espectador acomplejan
en los toreros ven su reflejo, y vitorean
cuando el torero el miedo atrás deja.
Armado con colores y capote,
al bravo animal se enfrentan,
un rictus serio muestran
cuando del acero, el rojo brote.
Dedicado a José Tomás
Os advierto intrépidos lectores, absténganse de comentar intolerantes y antitaurinos. Este presente texto es un poema, no un aborrecible debate político, su principal objetivo es crear belleza, y los toros son bellos, recodadlo.
Razón tienes amigo retana, dejando politca a un lado gustos taurinos u otros, creo que esta muy currado el poema, me fascina comos se te ocurren estas cosas.
saluodsss
Me ha gustado el poema!!! Un gran saludo tocayo.
Raúl, eres bello, ¿te vienes a que te pinchemos en una plaza mientras el público nos vitorea? Pero tranquilo, haremos un poema después. Y eres bello, recuerdalo.
En la siguiente entrega: coplas a un maltratador de gatitos. Que no sólo son bellos, sinó también muy monos.