
Los años de bonanza han acabado...
Acaba de terminar el año con la palabra «crisis» a modo de sintético resumen. Cuatro millones de infelices crean lazos de dependencia con Papa Estado vía cola del paro. Para el resto de españoles el estado es el padre Pródigo: después de despilfarrar nuestro dinero vuelve a casa y pide más, coaccionándonos mediante un matón llamado IVA. Que crece igual de alto, que los niños de ahora gracias al estado del bienestar y los petitsuis de fresa. Niños altos como torreones, pero con menos futuro que las polillas, atraídos por la luz del botellón y la telemierda. Pero lo peor de todo es que este año pinta como el anterior. Y un año predecible, es un año perdido, sobre todo cuando se predice hambre para los mismos. Los años de bonanza y buen rollito han acabado, a este perro flaco llamado España todo le son pulgas. El gobierno solía camelar al pueblo con pan y circo. Este año solo nos queda circo. A falta de pan, buenas son tortas dice el refranero. Tortas en la cara del votante.