
Imagen de un videoclub | Foto: Solotocks
Estoy ayer hablando con un amigo que estudia periodismo. Estuvimos hablando de la videoteca de su facultad y de cómo se zampaba dos películas por día. Está ya a punto de acabar la mencionada carrera -a un año de la meta- y tras compartir unas horas de hablar de cine, se notaba que había visionado y mucho. Martin Scorsese figura entre sus favoritos y para él una de las óperas prima del cine fue El Padrino, incluyendo la tercera entrega. Yo le hablé de Kubrick y la perfección de imagen. Salieron a la luz directores de la talla de Mankiewicz, Sidney Lumet, Brian de Palma, Tarantino, Ridley Scott, etc. Fue una conversación agradable con pocas discrepancias porque los dos amábamos el cine negro y de gánsters. Respecto a la carrera: la clase no se pisa –me dijo- al menos yo, y unos cuantos como yo. Pero por el tono de su voz pude comprender que lo que le enseñaban en la carrera, jamás sería tan instructivo como ver películas, a mansalva.